Fotografiando que es gerundio

Fotografiando que es gerundio

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Marisa Peña, una de las madrinas del blog. 

        Marisa de la Peña nace en Madrid en 1969. Licenciada en Filología Hispánica por la especialidad de literatura en la Universidad Complutense de Madrid, ejerce como profesora de lengua española en el IES María Zambrano y es miembro de diferentes asociaciones que luchan por la recuperación de la dignidad y la memoria histórica de los perseguidos y silenciados durante la dictadura. Colabora en la revista digital Tiempos modernos y es la autora de dos blogs "Enredando palabras" y "Los papeles de Claudia".

       Entre sus títulos publicados se encuentran:

Poemario a dos voces, ed. La factoría de ediciones.
Ropa tendida al viento, BUBOK
Oscura cicatriz, BUBOK
La memoria herida,
BUBOK
Donde nacen las nubes y otros relatos
, BUBOK
Últimas voluntades, BUBOK

Esa helada verdad de la belleza, Quadrivium
 
A continuación recojo uno de sus pensamientos: 
"Somos lo que leemos, lo que escribimos, la música que nos conmueve y el agua que nos calma la sed. Descubro cada día nuevos enfoques y nuevas voces poéticas, pero sigo bebiendo del sereno manantial de los maestros que me despertaron hace ya muchos años. Me busco a cada instante, crezco y me regenero de mi propias cenizas y mi dolor profundo. La poesía forma parte de lo que soy y cada uno sabrá lo que busca en ella, o lo que encuentra, aun sin esperarlo…"

Es para nosotros un honor contar con alguien como Marisa Peña para guiarnos por este deambular, a veces tan incierto pero tan gratificante, que es la poesía. 
Gracias, Marisa, por tanta poesía. 

Fdo: Blog fotográfico y poético.  
 



"La nieve cae detrás de las ventanas,
mansamente, sin prisa,
sobre la tierra triste.
En vano busco restos de tus huellas
en ese manto, blanco y uniforme,
de lo que fue un camino.

La nieve cae para borrar el miedo,
la pena de los árboles desnudos,
la soledad corpórea de las ramas
vestidas de un noviazgo repentino.

La nieve va cayendo, perezosa,
dispuesta a no dejar rastro del mundo,
a cubrir los senderos que conducen a casa,
y a esconder el deseo inoportuno.

La nieve va cayendo, suavemente,
envolviendo en su calma cuanto existe.
Ya no quedan rescoldos
de tus furiosas llamas,
y se apaga tu rabia, oscura y ciega,
dando paso a una brisa indiferente. "

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